Al llegar a Ciudad de México, primera parada en su gira que busca detener la crisis migratoria en Nueva York, el alcalde Eric Adams visitó un emblema de la capital.
“La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe significa tanto para tantas personas en todo el mundo, especialmente en la ciudad de Nueva York. Sentí en primera persona el poder de la fe y el servicio que inspira”, publicó Adams en la red X antes Twitter, en inglés y español.
Allí Adams dijo que sentía que era significativo que comenzara su gira de cuatro días por América Latina -que lo llevará además a Colombia y Ecuador– en la iglesia donde tantos inmigrantes van a orar antes de comenzar su peregrinación.
El alcalde de la ciudad más poblada de EE.UU. también hizo una solemne advertencia sobre la “pesadilla” que supone perseguir el “sueño americano” mientras hablaba en la Ciudad de México anoche, horas antes de que cuatro autobuses adicionales con inmigrantes llegaran al terminal Port Authority en Manhattan, comentó New York Post.
“Creo que estamos en un período de tiempo en el que la oración funciona. Y hay un nivel de compasión que debemos mostrarnos unos a otros mientras lidiamos con la crisis humanitaria que no sólo azota su región sino todo el mundo”, afirmó Adams.
Luego enfatizó que esperaba ser “honesto” acerca de las realidades que enfrentarían los inmigrantes a medida que el número diario de solicitantes de asilo que llegan se dispara con 800 inmigrantes más ingresando en un solo día a Nueva York, dos veces más que el promedio anterior.
El mes pasado el alcalde demócrata Adams declaró que la llegada masiva de inmigrantes “destruirá” a la cuidad. Días después anunció un recorte escalonado de 15% en el presupuesto de todas las agencias municipales para poder financiar las necesidades de los 110,000 solicitantes de asilo, culpando de nuevo la falta de apoyo del presidente Biden y la gobernadora Kathy Hochul, arreciando la crisis local en el partido azul.
La semana pasada Greg Abbott, gobernador republicano de Texas que activó desde el año pasado el envío masivo en buses de indocumentados desde la frontera con México hasta Nueva York, visitó Manhattan y dijo que la situación aquí parecía “calmada” en comparación con la de su propio estado.
Aunque no se reunió con autoridades locales, el republicano Abbott elogió al alcalde Adams y la gobernadora Hochul -amos demócratas- por sus llamados al presidente Joe Biden para que haga más para abordar la crisis migratoria. Poco después, tanto Hochul como Adams rechazaron sus comentarios.
En esa visita Abbott opinó que las políticas fronterizas de Biden permiten a los carteles mexicanos contrabandear fentanilo y otras drogas a Estados Unidos. “Todos los estados de Estados Unidos son ahora un estado fronterizo. Cada comunidad es una comunidad fronteriza. Además de los inmigrantes, ya sea en la ciudad de Nueva York o donde sea, el fentanilo se está derramando por todo el país”, afirmó.
Adams declaró a Nueva York una “ciudad santuario” el año pasado cuando Abbott comenzó a alejar a miles de inmigrantes de su estado fronterizo en medio de una batalla política nacional entre demócratas y republicanos. Pero luego el alcalde cambió progresivamente de postura cuando la llegada se tornó masiva, hasta superar las 110,000 personas al momento.
Además escribió un artículo de opinión en The Washington Post a mediados de enero pidiendo al presidente Biden que cerrara la frontera sur hasta que las solicitudes de asilo de los inmigrantes pudieran procesarse y proponía una estrategia de “descompresión” para aliviar la crisis y asentar a los inmigrantes.
Más de dos a uno (60-28%) de los residentes de Nueva York dijeron apoyar un proyecto de ley de reforma migratoria integral que proporcione un camino hacia la ciudadanía para los indocumentados en todo Estados Unidos, según la última encuesta del Siena College Research Institute (SCRI). Pero al mismo tiempo hasta un sorprendente 41% había subido el número de neoyorquinos que apoyaba la controversial propuesta de Donald Trump de levantar un muro fronterizo, en medio de la llegada masiva de inmigrantes a la ciudad.
La gran mayoría (82%) de los neoyorquinos considera como “grave” la oleada masiva migratoria que ha vivido la ciudad desde 2022 y 58% quiere detenerla, según la encuesta previa de SCRI realizada en agosto. El mismo sondeo ofreció un descenso en la aprobación de los líderes demócratas en los principales cargos: el presidente Biden y la gobernadora Hochul.